«La rivalidad colonial entre estas potencias europeas a lo largo del SXIX terminaría cuando ambas comprendieron que en vez de pelearse sería más provechoso un reparto de zonas de influencia, particularmente en África. Una vez en su destino, camiseta miami heat ayer Noval participó en varias batallas como la de Taxdirt. El temor a la recesión hace que cada vez sean más los inversores que optan por invertir en oro. El precio del oro continuara subiendo mientras que no se restablezca la confianza en la economía. En pocos minutos la situación se volvió insostenible, lo que provocó que Noval iniciara la retirada hacia el acantonamiento después de ordenar a Patiño y Fandiño que le siguieran.
Con el fuego de fusilería rifeña a sus espaldas, Noval y Patiño iniciaron la carrera hacia la entrada de la fortificación española. En ese momento, Patiño consiguió con dificultad superar la alambrada y ponerse a salvo al grito de «no tiréis, soy de la 4ª del 1º», lo cual detuvo brevemente los disparos españoles. Así fue como murió en Melilla el cabo Luis Noval en una fría noche de 1909 cuando, al observar que una patrulla mora pretendía acceder en plena noche a uno de los campamentos españoles en el Rif, gritó «¡ Tras la batalla de Taxdirt, el militar también estuvo presente el 22 de septiembre de 1909 en la toma del Zoco el Had de Beni Sicar (una zona de gran importancia estratégica ubicada a unos pocos kilómetros de Melilla).
Su cometido era realizar la vigilancia y el enlace de 6 puestos avanzados y dobles situados entre flanco derecho de dicho campamento y el reducto al noreste, ocupado por la 3ª Compañía del primer Batallón», añade el militar. No obstante, lo que desconocían era que esta había sido cerrada aquella tarde, por lo que se dieron de bruces con una verja infranqueable. Por su parte, y tras observar que los rifeños seguían sus pasos de cerca, el cabo Noval tomó la decisión de bordear la verja hasta encontrar una entrada al recinto. Tras alertar a sus compañeros, murió tiroteado por los rifeñosConcretamente, Noval vislumbró de repente que un nutrido grupo de cientos de rifeños avanzaba hacia ellos amparándose en la oscuridad.
». No le importó verse cercado por cientos de enemigos, sino que, a sabiendas de que moriría, dio la voz de alarma para después descargar su fusil contra varios enemigos cercanos. El cabo no tuvo tiempo de reaccionar pues, casi al instante, los enemigos abrieron fuego sobre el lejano campamento español desde el cual, a su vez, se devolvieron los disparos. Tras una noche de fusil, bayoneta y cañón, los españoles consiguieron definitivamente hacer huir al ejército asaltante, el cual, según datos oficiales, contaba con unos 1.500 hombres. Y, según desvela, era similar al que los aliados ofrecían a sus hombres.