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Esta parte de la ciudad se desarrolló cuando la ciudad era un centro comercial. En todo caso, los funcionarios poseen cierto margen de apreciación que, para parte de la doctrina, puede llevar a arbitrariedad. Su precio -desde 11 euros la noche- incluye un delicioso desayuno local, espacios como un bar lounge en el que se sirven deliciosos mojitos, jardín, intercambio de libros o zona de juegos. Disponer de cocina, comedor, biblioteca, piscina, salas comunes, restaurantes, cafetería y, por supuesto, wifi, no significa pagar un precio alto. De nuevo, estamos hablando de una sociedad musulmana y, como resultado, compartir una habitación con alguien del sexo opuesto es, técnicamente, ir contra la ley de Dubái, a menos que estés casado o sea un familiar. Sus tarifas parten de unos 18 euros la habitación. Desde 24 euros podrás pasar la noche aquí.
La policía siempre está a la vista y deseando ayudar en lo que sea, y siempre hay un montón de gente alrededor que te echará una mano en caso de que alguna vez lo necesites. Y es que hoy los hostels cuidan minuciosamente la estética y los servicios que ofrecen a sus clientes, combinando ambientes desenfadados y espacios reservados al relax y la tranquilidad. Las condiciones no son mucho mejores tampoco en el sector del ‘contact center’, con bajos sueldos, descansos medidos al milímetro y con la presión que supone atender a clientes, en ocasiones, insatisfechos. Los ejemplos recogidos corresponden a varias tarifas de los principales operadores por número de clientes, pero hay muchos más. Su ubicación es ideal: se encuentra en un lugar céntrico, que permite recorrer el casco antiguo y las principales atracciones turísticas de la Ciudad Condal a pie. Es un hotel de auténtico lujo que se refleja en cada uno de los espacios que alberga: el spa, las habitaciones, la zona chill-out, sus jardines y en especial, el restaurante Retuerta.
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