Una zona de conflicto en la que, como afirmaba el caricaturesco coronel Bill Kilgore en «Apocalypse Now», el aire olía a napalm y una colina inútil podía ser bombardeada durante medio día sin lograr que el enemigo la abandonase. A día de hoy, las películas nos muestran a los pretorianos como unos guerreros de élite encargados de proteger a los grandes dignatarios de sus enemigos. Así lo confirma Stephen Dando-Collins en su obra «La maldición de los césares: la crónica fascinante de una época convulsa»: «Con el Imperio, devino una fuerza especial policial integrada por efectivos de élite. «La primera noche la pasamos en el puente, junto al Eroski.
Al caer la noche see deslizaba silenciosa a través de los corredores de la muerte, allí en Scutari. Algunos se preparan para que la acampada sea larga y ya se han traido de casa el ordenador en el que ven la televisión a través de internet. Su casa en el barrio de la Corredera es habitable, pero el miedo y el pequeño Rayan los mantienen aquí. Manuel y Maribel son ecuatorianos y su casa, en el barrio lorquino de San Diego, no sufre daños estructurales pero necesita ser reparada para que puedan volver a habitarla. Es un lorquino empleado de Limusa, la empresa encargada de la limpieza de Lorca, que trabaja en turno de tarde-noche y que, como otros compañeros, echa horas donde hay más trabajo estos días, en los campamentos de los damnificados.
«Llevamos 72 horas de tertulia», bromea el joven. Lo bueno de hacer cola por la noche es que el solano no te aplasta haciendo de cada minuto un suplicio. Lo malo de hacer cola por la noche es que la impaciencia y la incertidumbre se multiplican. Se acerca la media noche y no aparentan prisa por alcanzar el catre provisional. Las más largas se forman en el principal de los campamentos, el del Huerto de la Rueda. Una proeza que no ha podido prolongarse por presiones del casero y que llevó a los siete el viernes al campamento del Huerto de la Rueda.
José Manuel, su mujer y sus dos hijos durmieron en el Huerto de la Rueda la primera noche, pero ahora ya tienen acomodo en casa de su hermana. Durante dos semanas, los pequeños de la casa darán rienda suelta a su imaginación, jugarán a ser directores de cine, harán nuevos amigos y de paso, aprenderán grandes cosas. “La clave es conseguir ingresos adicionales con alianzas para completar el servicio desde que se sale de casa hasta que se llega al alojamiento, por medio del transporte y los hoteles”, Camisetas Milwaukee Bucks invita el socio de EY. «Allí se escuchaban a diario las voces de los soldados expertos que dirigían el entrenamiento y la instrucción en técnicas de combate.